Los
derechos humanos tienen universalidad. Esto es debido a que sin importar donde
se encuentre el individuo los derechos le pertenecen por ser lo que es, un ser
humano, y no se le podrán violentar en ningún tipo de forma.
Los
derechos humanos pueden ser sometidos a limitaciones temporales en casos
especiales. Mayormente, en situaciones donde se tenga un riesgo o una emergencia
pública. Sin embargo estas suspensiones no pueden ser definitivas y solamente pueden
imponerse durante el periodo que ocurra la eventualidad.
Igualmente,
los derechos humanos tienen la facultad de aumentar dependiendo de la situación
en la que se encuentren los seres humanos y el mundo. Su número no es
definitivo y no cuentan con un máximo de derechos, por lo que la cantidad puede
continuar incrementándose.
Aunque
los derechos humanos pueden ser progresivos, no pueden ser revocables. Al ser
definido como un derecho humano, este obtiene una irreversibilidad y no puede
ser eliminado de estos.
Las
nacionalidades no afectan a los derechos humanos, por lo que se podría decir
que son transnacionales. Cada persona tiene los mismos derechos que los demás seres
humanos, sin importar de que país proviene o en cual habita.
Los
derechos humanos, como un todo, forman una parte imprescindible de la sociedad
actual. Un derecho, de manera individual, es un grano de sal en el mar, por lo
que se tiene que considerar que estos derechos se integran mutuamente, o
cuentan con integridad.
Uno de
los fundamentos más esenciales de los derechos humanos es su intrasferibilidad.
Por lo que ningún individuo puede negarse o desistir de sus derechos sin
importar las circunstancias.
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